jueves, septiembre 20, 2007

Marruecos: pre-viaje y viaje

Nota: Si estáis planeando un viaje a Marruecos, os recomiendo que visitéis la guía de Marruecos que he escrito recientemente para BuscoUnViaje.com.

Pre-viaje


Surge la idea y decimos que sí. Estamos en Barcelona, Luis y yo, hablando: hay que hacer algo, ha pasado demasiado tiempo desde las últimas vacaciones.

- ¡Vamonos!
- ¿Dónde? – pregunto.
- Marruecos, dice Luis.
- Vale –respondo.

Somos dos, Luis y yo. Somos tres, viene Silvia. Somos cuatro, Francho se apunta. Somos seis: Mar y Sancho quieren venir. Somos cinco, Mar no viene. Cae Silvia, somos cuatro. Somos cinco, Adrián se ha metido en el coche y no hay quien lo saque. David quiere venir: somos seis. Bacilo
también va: somos siete. David no puede venir: nadie sabe cuántos somos. Somos siete: Coke ha respondido que sí.

26 de Diciembre, fun, fun, fun. Todo organizado y bajo control: nos iremos mañana a las cinco de la mañana. Me llama Francho, parece que nos vamos hoy a las once de la noche: me preparo para el cambio. Me llama Sancho, finalmente nos vamos mañana. Hablo con Luis, nadie sabe cuando nos vamos. Es la una de la mañana: nos estamos yendo.

El viaje se presenta caótico y desorganizado: va a ser muy divertido.

Viaje

Coche, coche, coche: Madrid. Música y coche, no pares y sigue tu camino bajo el paraguas del house: seis y media de la mañana en algun punto de Castilla. Yo he dormido, Bacilo ha conducido, Luis ha conversado: cada uno en su papel. Cojo el volante y coche, coche, coche: amanece y el paisaje es de fotografía de fondo de pantalla: olivos, brumas, montañas. ¿Dónde estamos? Pasamos Guarroman y Venta de Pantalones: ¿Cómo se llaman sus habitantes? Olivos, brumas, montañas y coche, coche, coche.

Desayuno en algún pueblo desconocido hasta hoy para la humanidad. Pedimos huevos, panceta y pan: sólo sirven cafés y pacharán. Bebemos café y los nativos nos miran: no entienden por qué no ponemos ron en nuestras tazas.

Coche, coche, coche y llegamos a Algeciras: es la 1h30 de la tarde. El ferry sale y barco, barco, barco: llegamos a Ceuta. La ciudad es fea, el menú del restaurante anodino y las camareras se ríen cada vez que les decimos algo: ¿es nuestro acento?

Frontera y caos, caos, caos. Primer contacto con un policía marroquí: “dame propina”. Segundo contacto con un policía marroquí: esperar, esperar y esperar ante una ventanilla ante la que se agolpa gente, gente, gente. Y tenemos suerte: los marroquíes esperan, esperan y esperan… una jaula de dimensiones humanas los atrapa y retiene.

Estamos en Marruecos.

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